
TESTIMONIO DE JELLIE GUZMÁN BARRETO

Marianne Jellie Guzmán Barreto
A fines de agosto principios de septiembre de 2020 mi esposo Emmanuel recibió un mensaje de un amigo de la infancia que le decía que había un puesto de trabajo en la agencia para la que el trabaja en Virginia. Recuerdo que fue un viernes cuando Emmanuel me grito desde el cuarto, ¿Marianne, nos vamos para Virginia?, mi respuesta fue “Si, claro”. Nosotros estábamos viviendo tiempos buenos, dentro de todo el caos por la pandemia, la cuarentena, las restricciones. Estábamos viviendo un momento en el que después de mucho tiempo estábamos comenzando a tener estabilidad económica, teníamos proyectos, disfrutábamos más de nuestra casa, de nuestros niños. En medio de la pandemia nuestra relación con Dios como familia fue cambiando, orábamos juntos, leíamos la palabra juntos. Estábamos muy bien. El domingo, Emmanuel serio me dice, ‘’Marianne ven acá’’. Hay un puesto de trabajo que me ofrece muy buenos beneficios, una oferta difícil de rechazar. Era el trabajo con el que el siempre había soñado. Yo solo dije; si Dios dice que si, si, si Dios dice que no, no. Emmanuel se sorprendió de mi respuesta pues en otros tiempos hubiera dicho un rotundo no. Después de varias horas hablando con Dios le dije a Emmanuel, yo no necesito saber si el dinero nos va a dar, no hace falta hacer cálculos, ni listas de pros y contras, solo un si o un no de parte de Dios. Llore mucho ese día, porque yo no podía creer que estuviera en esa situación, sería una decisión que cambiaría mi vida y la de mi familia por completo. Comenzamos a orar para que fuera Dios quien nos diera la respuesta. El día siguiente me llamó mi cuñada Vanessa, con palabras del Señor, para orar por mí y por Emmanuel para que el Señor nos mostrara su voluntad. No recuerdo muy bien cuanto tiempo pasó pero fue un domingo cuando el amigo de Emmanuel vuelve a hablar con el y le explica todo lo relacionado con el empleo y le pregunta que si yo tengo alguna duda o si deseo hablar con el, lo puedo llamar. Recuerdo estábamos en casa de mis suegros y nos fuimos a la sala a llamarlo, yo lo saludé y le dije, yo conocí al Señor hacen dos años, yo no pienso perder lo que yo tengo con el Señor, no pienso retroceder. Para mi sorpresa el amigo de Emmanuel comenzó a hablarme del Señor y me dijo que no es casualidad, que el estuvo hablando con Dios para que el le dijera a quien podía ofrecerle la oferta de empleo y a quien el Señor le puso en su corazón fue a Emmanuel. Yo no podía creer lo que yo estaba escuchando, la conversación ya no era sobre el trabajo ya estábamos hablando de Dios, el tema era nuestro Señor. Al yo terminar la llamada, ya tenía toda la información de la iglesia a la que el asistía, Mi esposo me dijo algo que yo no he podido olvidar, dijo que su amigo y yo hablamos igual, queriendo decir que hablamos igual sobre el Señor. Esa conversación me hizo sentir paz. Emmanuel y yo entendimos que Dios nos estaba dando la respuesta que estábamos esperando. Era un Si. Los meses subsiguientes fueron meses llenos de la presencia de Dios, caminando de su mano y disfrutando de todo lo que el Señor nos había dado en nuestra isla, de las personas que amamos, de la naturaleza, de las mariposas y los pajaritos. Fueron meses de incertidumbre, seguimos viviendo como si nada fuera a cambiar, confiando plenamente en que lo que fuera que el Señor tenia para nosotros era lo mejor. Definitivamente Dios estuvo todo el año 2020 preparándome para lo que El tenía para mí y mi familia en el 2021. El Señor abrió todas las puertas de una forma sobrenatural, en cada paso que dábamos nos quedábamos sorprendidos de como veíamos al Señor moviéndose en medio de todo. Emmanuel pasó la entrevista y no fue hasta dos semanas antes de viajar que la empresa aceptó la oferta de empleo y ya todo estaba listo para comenzar nuestra nueva etapa. Llegó el tiempo de viajar, el Señor proveyó de todo lo que necesitábamos para viajar. Emmanuel se fue 10 días antes que yo, en menos de una semana teníamos apartamento, carro, y lo que mas me interesaba, el cuarto de nuestros niños estaba bonito y preparado para cuando llegáramos. La primera compra de alimentos que Emmanuel tuvo en el apartamento se la regaló su hermana Suly, el Señor proveyó de todo, todo ha sido un regalo del Señor hasta el día de hoy. El esposo de Suly nos regalo un TV, contactamos con una familia que sin conocernos nos regaló una super mesa para poner el TV, un escritorio para los niños y las ropas de cama para las camas de mis nenes. Todo eso la misma semana que Emmanuel llegó. Llega la hora de irme de mi casa, un tiempo difícil, ciertamente es Dios quien me llena de fuerzas y quien me sostiene, quien levanta mi cabeza y me ayuda a seguir. Yo pensaba que no tendría fuerzas para dejar todo aquello que el Señor había depositado en mis manos, mi casa, mi familia, mis pajaritos, mis mariposas, mis árboles, mi tierra. Claro yo no tenia fuerzas, pero mi Señor si y toda la gloria es para El quien me sostuvo. Mi mamá quien nunca me dejó sola a pesar de sus sentimientos y su dolor viajó conmigo y mis niños. En todo momento el Señor nos hizo sentir su presencia y que el tenía el control. Estando ya en el aeropuerto una de las personas que trabajan en el intentó hacernos sentir y quedar mal y no nos quería dejar pasar con todas las cosas que yo llevaba, yo tenia un carrito con 3 maletas pequeñas y 4 bultos mas las 3 maletas grandes que ya habían pasado al avión. Ese señor tratando de humillarnos llamó a su jefe y le dijo ‘’ mira esta gente que se creen, mira todo lo que llevan, ellos no pueden pasar todo eso a el avión’’. Su jefe lo único que le dijo ‘’tienes que dejarlos pasar’’ y pasamos porque Dios nunca deja a sus hijos en vergüenza. Antes de entrar al avión, Dios envió un ángel a ayudarnos con todas las maletas que llevábamos y sin ningún costo alivió nuestra carga. Porque dice en la palabra de Dios en el Salmo 91:11 que El enviará ángeles que nos cuiden en todos nuestros caminos. Entramos en el avión y un asistente de vuelo estuvo super pendiente de nosotros, un hombre que no nos habló español en ningún momento al bajarnos del avión le dijo a mi mamá ‘’Dios te bendiga’’. Mis niños tuvieron la paz del Señor en todo momento, se portaron mejor que muchos adultos dentro de aquel avión. Cuando llegamos al aeropuerto Dios puso personas en mi camino para dirigirme. Cuando llegamos afuera, al lugar donde se suponía que Emmanuel nos recogiera me doy cuenta de que nos faltaba un bulto. El bulto que llevaba la Ipad que la escuela le había dado a mi nena y en ese momento recordé las palabras de la esposa de mi papá cuando me dijo que lo que se me quedara dentro del avión lo perdería, que estuviera bien pendiente a no dejar nada. Comencé a ponerme nerviosa por primera vez en todo el viaje, pero mi Dios volvió a demostrarme que el estaba en control de todo, envió otro ángel , que me vio hablando con mami y se acercó y me dijo en español, ¿Cómo te puedo ayudar? Le expliqué que se me había quedado el bulto en el avión y rápido sacó su radio, ya que era un empleado de la línea de avión en la que yo viajé, comenzó hablar con alguien dentro del avión y me dijo ‘’no te preocupes que lo están buscando’’. Ese mismo ángel ayudó a mi esposo a acomodar todas las maletas a la guagua y antes de que mi esposo y yo termináramos de montar los nenes ya el había regresado con el bulto que se me había quedado. Quisimos darle una propina pero no la acepto y dijo ‘’para eso yo estoy aquí’’. Una vez mas vimos a nuestro Dios moviéndose de una forma tan grande e impresionante. Cuán agradecidos estamos por que Dios no solo nos cuido sino que se hizo presente en todo momento. En menos de un mes mi apartamento estaba completamente amueblado. Mi hermano Gadiel y mi cuñada Yesi movidos por el Señor nos regalaron los muebles, mi cuñada Vanessa y su esposo Alberto, hermano de Emmanuel, nos regalaron el juego de comedor. Todos en mi familia me regalaron dinero y con el pudimos tener todas las cosas que hacen falta en una casa. Tuve a mami unos días conmigo ayudándome a ponerlo todo en orden. Para la gloria de Dios hoy 17 mayo de 2021 llevo tres meses viviendo en Virginia y no nos ha hecho falta nada por que Jehová es mi proveedor, El es mi cuidador, es mi escudo y mi sustento, El es sombra a mi mano derecha, Jesús es mi Salvador, el es mi todo y todo lo que tengo y todo lo que soy se lo debo a El y es para El. Mis hijos, mi esposo, mi casa, mi familia, todo le pertenece a Jehová. Ha sido tan bueno que asistimos a la iglesia de la cual nos hablaron y le estamos sirviendo juntos. Dios hace cosas sobrenaturales, el hace cosas que son imposibles ante nuestros ojos, El es el Dios de lo imposible. El es mi padre.¿Te gustaría conocerlo y que lo haga también en tu vida?
TITULO: LEVÁNTATE
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